Los caminos están ahí,esperando mis pisadas.Se esfuerzan en sorprenderme en cada recodo como una compensación a mis miradas.Son largos, cortos, anchos y estrechos.Saben llanear y también hacerse empinados. Recorro con la alegría del que descubre el mundo por primera vez. Me enseñan esa naturaleza con sus pueblos.Me dejan oír el sonido de sus habitantes.Los caminos son para recorrerlos y yo lo hago con la esperanza de que con mis imágenes ,todos los recorran también.
sábado, 22 de junio de 2019
LA MAR Y LA GAITA.
El jueves me fui a respirar aires marinos.No sabía muy bien si vería el cielo azul o si tendría que abrir mi pequeño paraguas de rallas .Di un paseo por la arena,tranquila,perdiendome en el paso del tiempo como quien se deja adormecer después del café de la comida.
Me fijaba en las pequeñas olas que iban y venían sin hacer demasiado escandalo.Casi sin darme cuenta se mezclaron los sonidos del agua,las gaviotas inquietas y una inconfundible GAITA.
Me sentí como debía hacerlo el marinero con el canto de las sirenas.Inquieta busque con la mirada el lugar de donde procedía la melodía.Sentado con la tranquilidad del lugar,alguien de cabeza cana por sus años vividos,tocaba una GAITA.
Animada por lo inusual del momento,me senté ilusionada a contemplar la mar y escuchar la GAITA.
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